Pensar en cliente
Tiene que ser muy complicado pensar en cliente, tiene que ser complicadísimo, o sencillamente estamos muy mal enseñados, y solo pensamos en producto, descuentos y competencia.
Cuando un cliente o comprador acude a un establecimiento tanto físico como virtual a por un producto o servicio, acude con unas expectativas preconcebidas, bien por qué ya nos ha comprado antes y por ello es considerado un cliente, o bien por la publicidad o el boca a boca que le han contado y como realiza su primera compra le consideramos un comprador. Pero la idea preconcebida ya la trae de casa puesta, como una mochila y entonces podemos realizar 3 acciones.
1- No satisfacer sus necesidades con un producto acorde a su idea preconcebida. Probablemente no regrese.
2- Satisfacer sus necesidades con un producto acorde a su idea preconcebida. Lo que realiza la mayoría de las empresas, por lo que estás haciendo lo mismo que la competencia no aportas valor a tu producto o servicio.
3- Pensar en cliente y añadir un valor a tu producto o servicio.
Pensar en cliente es no pedirle nada, es dar sin pensar en recibir, pero dando con cabeza dentro de nuestras posibilidades. Y pecamos tanto en ello, que solo las empresas que sean capaces de cambiar el chip podrán enfrentarse a un futuro con esperanza de crecimiento.
Un ejemplo de pensar en cliente es lo ocurrido la semana pasada en un campo de fútbol. Las personas que acuden al campo ya van con la idea "mochila" de ver a su equipo y luchar por la victoria.
1- Podemos dar un espectáculo bochornoso, con retenciones en los accesos, con impedimentos de todo tipo y enfadar al público. 2- Podemos poner todo de nuestra parte para dar un servicio acorde a las necesidades y además proporcionar un espectáculo en condiciones, que es lo que esperan recibir. 3- Y luego esta superar las expectativas.
En el encuentro entre Feyenoord - ADO Den Haag, el equipo visitante se enteró de que justo debajo de ellos, en la grada de abajo se sentaban niños que son pacientes de un hospital cercano y decidieron sorprenderlos con una lluvia de peluches para que se los pudieran llevar de regreso al hospital.
Una acción tan sencilla, tan honesta y desinteresada, reporta una increíble publicidad y un prestigio que es impagable con toda las campañas que podamos imaginar.
Pensar en cliente esta al alcance de todos y si no lo hacemos nosotros, en este caso el "Feyenoord", pues vendrá la competencia, "ADO Den Haag" y se quedara con todos los elogios, con toda la publicidad y con el amor de nuestros propios clientes. Si lo que queremos es que la competencia no nos tome la delantera, ya estamos tardando en pensar en cliente.
¿Cómo puedes dar valor añadido a tus productos o servicios?
